martes, 28 de diciembre de 2010

HITLERISMO DE SION






Sionismo, aliado natural del Nazismo
Entre 1933 a 1941, el sionismo estuvo vinculado a una política de compromiso y colaboración con Hitler. Las autoridades nazis al mismo tiempo que perseguían a los judíos dialogaban con los dirigentes sionistas alemanes y establecían un trato de favor distinguiéndoles de los judíos integracionistas a quienes se perseguía.
Esta acusación es aplicable a la minoría fuertemente organizada de los dirigentes sionistas. Su visión racista del mundo, les hacían mucho más anti-ingleses que anti-nazis. Tras la guerra los dirigentes sionistas colaboracionistas como Menahem Beghin o Itzac Shamir llegaron a ser dirigentes de primer rango en el Estado de Israel.
Reinhardt Heydrich, jefe de los SS escribía en 1935, en el Das Schwarze Korps, órgano oficial de las SS, un artículo estableciendo distinciones entre los judíos: 
“Nosotros debemos dividir a los judíos en dos categorías: los sionistas y los partidarios de la asimilación. Los sionistas profesan una concepción estrictamente racial, y, para la emigración en Palestina, ayudan a edificar su propio Estado judío nuestros mejores votos y nuestra buena voluntad oficial para ellos”.
Una vez terminada la II Guerra Mundial, el sionismo uso el acoso antisemita para mantener la cohesión de los judíos a nivel mundial, usando el trauma de la persecución, paso de ser una corriente mayoritaria entre los judíos.
NAZI Estado de Israel.  



Israel declara su independencia en 1948, según el Plan de partición de la ONU.
Iniciándose la guerra árabe-israelí, con la victoria israelita después de 15 meses de guerra intermitente, el nuevo Estado conquistó un 26% adicional del antiguo mandato británico.
Desde entonces, por medio de diversas guerras y actos arbitrarios, el estado sionista de Israel se a expandido reduciendo los territorios palestinos a reductos disgregados y sometidos a constante represión y agresiones, incluyendo el aislamiento por medio de muros. Incapaces de conectarse y generar una economía sustentable.
Hay mas de 4 millones de refugiados palestinos en repartidos en distintos países, incluyendo Chile. Y otros tantos miles de desplazados al interior de Palestina; miles de asesinatos de civiles que incluyen
niños, mujeres y ancianos; miles de palestinos son presos políticos, entre estos unos 1500 menores.

La posición del Estado de Israel respecto al retorno de los refugiados árabes y sus descendientes es que, de concretarse, la existencia de Israel como Estado judío y democrático, pilares fundamentales del sionismo,
se vería seriamente comprometida desde el punto de vista demográfico, dado que la población árabe se convertiría en mayoritaria en Israel.
Sionismo, es racismo y totalitarismo.
“La amarga ironía del destino ha querido que las mismas tesis biológicas y racistas propagadas por los nazis y que inspiraron las infamantes leyes de Nuremberg, sirvan de base para la definición de la judaicidad en el seno del Estado de Israel.” Haïm Cohen, político israelita.
En 1975 la Asamblea General de la ONU, aprobó la resolución 3379, por 72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones. La resolución 3379 equiparo al Sionismo con el racismo en general y con el Apartheid Sudafricano en particular, y llamó a su eliminación.
Los paralelos entre el Apartheid Sudafricano y el Sionismo Israelita son evidentes.
El régimen Apartheid Sudafricano reservaba ciertos distritos en las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no blancos a emigrar a otros lugares.
El régimen Sionista de Israel reserva territorios donde solo pueden ser propietarios los judíos, forzando a los palestinos a emigrar a reductos o al exilio.
El régimen Apartheid Sudafricano establecieron zonas segregadas tales como playas, autobuses, escuelas, hospitales y hasta bancos en los parques públicos.
El régimen Sionista de Israel llega aun mas allá, impidiendo el ingreso a los palestinos a casi la totalidad del país, limitándolos a reductos, impidiendo el acceso a hospitales y educación de calidad.
En el régimen Apartheid Sudafricano, los negros y demás gente de color debían, portar documentos de identidad en todo momento y les estaba prohibido quedarse en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin el debido permiso.
En el régimen Sionista de Israel, los palestinos al salir de sus reducciones amuralladas deben portar documentos de identidad en todo momento y les estaba prohibido quedarse en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin el debido permiso; incluso se les niega salir de sus limitados territorios para trasladarse a sus trabajos.
El régimen Apartheid Sudafricano prohibía a los negros ocupar posiciones en el gobierno y no podían votar.
El régimen Sionista de Israel excluye a los palestinos de toda participación política, sea cargos de gobierno o derecho a voto, los hijos de parejas mixtas palestino-judías tampoco tiene derecho a voto.
En el régimen Apartheid Sudafricano, las áreas asignadas a los negros raramente tenían electricidad o agua.
El régimen Sionista de Israel las áreas habitadas por palestinos tienen deficientes servicios eléctricos y de agua, y la escasa infraestructura es destruida por Israel.
En 1991 por presión de Estados Unidos la Asamblea General de la ONU aprueba la resolución 4686, que revoca la resolución 3379.
“...igualar al sionismo con el pecado imperdonable del racismo es deformar la historia y olvidar la terrible tragedia de los judíos en la Segunda Guerra Mundial y de hecho a lo largo de la historia”. El presidente George Bush Padre del criminal George W. Bush en su discurso vuelve a usar el concebido chantaje del holocausto. ¿hasta cuando el sionismo se ampara en un crimen para cometer mas crímenes?

El sionismo internacional, el ZOG.

 El sionismo utilizó y utiliza el miedo al nazismo (NAZISMO HERRAMIENTA DEL SISTEMA) y la judeofobia para mantener la cohesión entre los judíos; a la vez que fomenta la judeofobia por medio de sus actos para recrear el ciclo. Utilizando la acusación de antisemita para encubrir sus crímenes.

De esta manera logran alinear a la comunidad judía fuera de Israel, manteniéndola en un constante temor e impidiendo su integración a las naciones en que habitan, a la vez que se presentan como único escudo frente al antisemitismo, antisemitismo que ellos mismos provocan.
Por medio de monopolizar las dirigencias de las organizaciones judías religiosas, seculares y académicas, tanto políticas como apolíticas, logran formar opinión al interior de las comunidades judías en distintos países. De esta manera aseguran el apoyo a las causa sionista y la defensa del estado de Israel por parte de los judíos alrededor del mundo.
El control de las organizaciones académicas laicas y de formación religiosas les permite formar nuevas generaciones de sionistas y que a la vez estos actúen en el mundo político, empresarial y que sean referentes de opinión en sus respectivos países.
Es el caso de Lily Pérez que fue formada en el sionista Instituto Hebreo de Santiago, hoy es una influyente figura política del partido Renovación Nacional; durante toda su trayectoria política a mantenido un actuar sionista; exagerando supuestos actos antisemitas, impidiendo cualquier iniciativa de condena al estado de Israel y la solicitud de “protección policial” por el hecho de ser “descendiente de judíos” al ser candidata al senado por la V cordillera, la región con mayor porcentaje de descendientes de árabes y palestinos del país.

Otro caso es el de Gabriel Zaliasnik, presidente de la Comunidad Judía de Chile, que duda en calificar a la los chilenos de ascendencia palestina como “problemática”, lo citamos en su entrevista a la Agencia Judía de Noticias La mayor problemática de la comunidad judía de Chile, y que pasa inadvertida para el resto de las comunidades judías del mundo es que en Chile existe la mayor diáspora palestina fuera de Medio Oriente, aproximadamente 400 mil chilenos de origen palestino” (entrevista completa en AJN) y también citamos su comentario respecto a nuestra política en la misma entrevista: “La comunidad tiene un espacio político relevante que hemos cultivado a lo largo de los años y eso de alguna manera asegura, no una cierta neutralidad del gobierno de Chile en lo relacionado con Medio Oriente, pero por lo menos una posición relativamente equidistante en buscar una solución de dos estados en paz y seguridad, uno al lado del otro” estas palabras no están dichas por un delirante conspirologo, sino por el mismo presidente de la comunidad judía. (ver mas Radio Coperativa)
No solo los judíos pueden ser sionistas, también muchos gentiles (no judíos) se prestan a la manipulación del sionismo, sus motivos pueden ser diversos desde el de algunas sectas evangélicas que creen al pie de la letra en la Biblia sin capacidad de interpretación y sus miembros apoyan el estado de Israel sin ver sus crímenes tan poco cristianos, pero la mayoría se presta a la manipulación buscando el apoyo en sus carreras políticas del poder sionista, como es el caso de Antonio Leal y otros muchos políticos en Chile y el mundo, otros porque simplemente hacen negocios con judíos como es el caso del Comandante en jefe del Ejercito general (r) Ricardo Izurieta y muchos empresarios.
Esta red sionista dentro y fuera de Israel, dentro y fuera de las comunidades judías, en las esferas de poder político, económico e intelectual se le ha llamado desde mucho ZOG de la sigla en ingles Zionist Ocupament Govement o gobierno de ocupación sionista.
El ZOG esta conectado a distintos niveles con el gobierno norteamericano, principal aliado y defensor del estado sionista de Israel, así como con distintos partidos y organizaciones tanto de izquierda como derecha en el distintos países.
Todos los presidentes norteamericanos de los últimos 70 años han sido parte del sionismo, incluyendo a Obama y con excepción de Kennedy y quizás Carter; todos los candidatos norteamericanos han representado la poderosa comunidad judía norteamericana. Aunque la comunidad judía norteamericana como todas las comunidades judías en el mundo son usadas por los sionistas. 


“El mito del antifascismo sionista”

 

En 1941, Itzac Shamir cometió un crimen imperdonable desde el punto de vista moral: recomendar una alianza con Hitler y la Alemania Nazi contra Gran Bretaña (Bar Zohar, Ben Gurión, El Profeta armado, Paris, 1966, p. 99). Cuando comenzó la guerra contra Hitler, la casi totalidad de las organizaciones judías se pusieron al lado de los aliados e incluso algunos de sus más destacados dirigentes, como Weizmann, tomaron posición en favor de los aliados, pero el grupo sionista alemán, que en aquella época era muy minoritario, adoptó una actitud inversa y de 1933 a 1941 estuvo vinculado a una política de compromiso e incluso de colaboración con Hitler. Las autoridades nazis al principio, al mismo tiempo que perseguían a los judíos, arrojándoles, por ejemplo, de la función pública, dialogaban con los dirigentes sionistas alemanes y establecían un trato de favor distinguiéndoles de los judíos integracionistas a quienes se perseguía. La acusación de colusión con las autoridades hitlerianas no se dirigía a la inmensa mayoría de los judíos, algunos de los cuales ni siquiera esperó a la guerra para luchar contra el fascismo. Lo hicieron en las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939 (1). Otros, hasta en el ghetto de Varsovia, crearían un comité judío de lucha y sabrían morir combatiendo. Pero esta acusación es aplicable a la minoría fuertemente organizada de los dirigentes sionistas cuya única preocupación era la de crear un Estado judío poderoso. Su preocupación exclusiva de crear un Estado judío poderoso y su visión racista del mundo, les hacían mucho más anti-ingleses que anti-nazis. Tras la guerra Menahem Beghin e Itzac Shamir llegaron a ser dirigentes de primer rango en el Estado de Israel.



Con fecha de 5 de septiembre de 1939 -dos días después de la declaración de guerra de Inglaterra y Francia contra Alemania- Chaim Weizmannn, Presidente de la Agencia Judía, escribía a M. Chamberlain, Primer Ministro de su majestad el Rey de Inglaterra, una carta en la que le informaba que: “nosotros los judíos, estamos al lado de Gran Bretaña y combatiremos por la Democracia, precisando que los mandatarios judíos estaban dispuestos a firmar inmediatamente un acuerdo para permitir la utilización de todas sus fuerzas en hombres, de sus técnicas, de su ayuda material y de todas sus capacidades”. Reproducida en el Jewish Chronicle del 8 de septiembre de 1939, esta carta constituía una auténtica declaración de guerra del mundo judío contra Alemania. Exponía el problema del internamiento de todos los judíos alemanes en campos de concentración como prisioneros de un pueblo en estado de guerra con Alemania, al igual que lo hicieran los americanos con sus propios prisioneros de origen japonés a los que internaron mientras duró la guerra contra Japón.


Los dirigentes sionistas dieron pruebas, en la época del fascismo hitleriano y mussoliniano, de un comportamiento equívoco que iba del sabotaje de la lucha antifascista a la colaboración. El objetivo esencial de los sionistas no era el de salvar vidas judías sino el de crear un Estado judío en Palestina. El primer dirigente del Estado de Israel, Ben Gurión, proclamaba sin rodeos, el 7 de diciembre de 1938, ante los dirigentes sionistas del Labour: Si supiera que era posible salvar a todos los niños de Alemania trayéndoles a Inglaterra, y solamente la mitad de ellos transportarlos a Eretz Israel, escogería la segunda solución. Ya que debemos tener en cuenta no sólo la vida de estos niños, sino también la historia del pueblo de Israel (2). El salvamento de los judíos en Europa no figuraba al principio de la lista de las prioridades de la clase dirigente. Era la fundación del Estado lo que era primordial ante sus ojos (3). ¿Debemos ayudar a todos los que tengan necesidad sin tener en cuenta las características de cada cual? ¿No deberíamos dar a esta acción un carácter nacional sionista e intentar salvar prioritariamente a los que puedan ser útiles a la Tierra de Israel y al judaísmo? Sé que puede parecer cruel exponer la cuestión de esta manera, pero desgraciadamente debemos establecer claramente si somos capaces de salvar a 10.000 personas entre las 50.000 que pudieran contribuir a la construcción del país y al renacimiento nacional o bien a un millón de judíos que pudieran llegar a ser para nosotros una molestia o mejor dicho un peso muerto. En este caso nos limitaríamos a salvar a los 10.000 que pudieran ser salvados a pesar de las acusaciones y los llamamientos del millón abandonados a su suerte (4).


Esta concepción fascista inspira, por ejemplo, la actitud de la delegación sionista en la Conferencia de Evian, en julio de 1938, en la que 31 naciones se reunieron para discutir la absorción de los refugiados de la Alemania Nazi. La delegación sionista exigió, como única solución posible, la de admitir a sólo 200.000 judíos en Palestina. El Estado judío era más importante para ellos que la vida de los judíos. El enemigo principal, para los dirigentes sionistas era la asimilación. Centraban en esto la preocupación fundamental de todo racismo: la pureza de la sangre.


De esta colusión existen pruebas evidentes. La Federación Sionista de Alemania dirigía al Partido Nazi el 21 de junio de 1933 un memorándum en el que expresamente se declaraba: En la fundación del Nuevo Estado, que ha proclamado el principio de la raza, deseamos adaptar nuestra comunidad a las nuevas estructuras nuestro reconocimiento de la nacionalidad judía nos permite establecer relaciones claras y sinceras con el pueblo alemán y sus realidades nacionales y raciales. Precisamente porque nosotros no queremos subestimar estos principios fundamentales, es por lo que también nos pronunciamos en contra de los matrimonios mixtos y en favor del mantenimiento de la pureza del grupo judío. Los judíos conscientes de su identidad, en el nombre de los cuales hablamos, pueden encontrar sitio en la estructura del Estado alemán, pues están libres del resentimiento que los judíos asimilados deben experimentar; creemos en la posibilidad de relaciones leales entre los judíos conscientes de su comunidad y el Estado alemán. Para alcanzar sus objetivos prácticos, el sionismo espera ser capaz de colaborar incluso con un gobierno fundamentalmente hostil a los judíos La realización del sionismo no está molesta más que por el resentimiento de los judíos en el exterior, contra la orientación alemana actual. La propaganda para el boicot -- actualmente dirigida contra Alemania- - es por definición, no sionista (5). El Memorándum añadía: en el caso de que los alemanes aceptaran esta cooperación, los sionistas se esforzarían en convencer a los judíos del extranjero a que renunciaran a participar en el boicot contra Alemania (6).


Los dirigentes hitlerianos acogieron favorablemente la orientación de los mandatarios sionistas que, por su preocupación exclusiva por constituir su Estado en Palestina, aunaban sus esfuerzos para desentenderse de los judíos. El principal teórico Nazi, Alfred Rosenberg, escribe: el sionismo debe ser vigorosamente sostenido a fin de que un contingente anual de judíos alemanes sean llevados a Palestina (7).


Reinhardt Heydrich, que fue más tarde el Protector en Checoslovaquia, escribía en 1935, durante el tiempo en que era jefe de los Servicios de Seguridad de las S. S. en el Das Schwarze Korps, órgano oficial de las S.S., un artículo sobre El enemigo visible en el que se establecían distinciones entre los judíos: Nosotros debemos dividir a los judíos en dos categorías: los sionistas y los partidarios de la asimilación. Los sionistas profesan una concepción estrictamente racial, y, para la emigración en Palestina, ayudan a edificar su propio Estado judío nuestros mejores votos y nuestra buena voluntad oficial para ellos (8).






Notas
(1). Más del 30 % de los americanos de la Brigada Abraham Lincoln eran judíos, a los que denunciaba la prensa sionista, porque combatían en España, en lugar de ir a Palestina. En la Brigada Dombrovski, de 5.000 polacos, 2.250 eran judíos. A estos judíos que lucharon en todos los frentes del mundo con las fuerzas antifascistas, los dirigentes sionistas, en un artículo de su representante en Londres, titulado: ¿Deben participar los judíos en los movimientos antifascistas? respondía: ¡No! Y fijaban el único objetivo: La construcción de la tierra de Israel (Jewish Life, abril 1938, p.11).
(2).Yvon Gelbner. Zionist policy and the fate of European Jewry, en Yad Vashem studies. Jerusalén. vol. XII, p. 199.
(3). Tom Segev, Le Septième Million. Ed. Liana Levi, París 1933, p. 539.
(4). Memorandum del Comité de Salvación de la Agencia Judía. 1943. Citado por Tom Segev. (op. cit).
(5). Lucy Dawidowicz, A Holocaust reader, p. 155.
(6). Lucy Dawidowicz, The war against Jews (1933-1945) Ed. Penguin books, 1977, p. 23 1232.
(7). A. Rosenberg: Die Spur des Juden im Wandel der Zeiten, Munich 1937, p. 153.
(8). Hohne. Order of the Death's Head, p. 333.

FUENTES:

http://contrasionismo.blogspot.com/2009/10/el-lado-oscuro-nesesita-tu-voto.html

http://descontexto.blogspot.com/2007/08/el-mito-del-antifascismo-sionista-de.html